TANGO Y FLAMENCO: 3 CANTANTES QUE HAN CRUZADO LA FRONTERA

De los nuevos caminos que ha tomado el tango en el proceso de renovación que está experimentando actualmente, uno de los más habituales es el de la fusión con otros géneros musicales: tango jazz como el de Beata Söderbert & Justango, tango punk como el de la Orquesta Típica Fernández Fierro, tango con beat box como el que hacen Mi Corps à Son o la Típica Sanata, o el ya clásico electrotango, como el de Bajofondo, Tanghetto o el omnipresente Gotan Projet.

De todos estos caminos hablaremos en el futuro, pero hoy vamos a explorar la confluencia del tango con un género con el que tiene cierto número de puntos en común (quizás sea por eso por lo que se maridan tan bien): el flamenco. Bienvenidos a un viaje entre dos ríos: del Guadalquivir al Río de la Plata.

El tango flamenco es otro cantar

Entre los diferentes palos del flamenco (seguiriya, soleá, bulería, fandangos y muchos otros) está el género de los tangos. El tango flamenco no es el primo español del tango argentino: aunque es verdad que tienen raíces comunes, el parentesco es tan lejano que todo parecido se ha difuminado con el tiempo. Pero ambos tienen un lejano pasado común, ya que ambos hunden parte de sus raíces en las músicas afroamericanas. El estilo musical que luego se convertirá en los tangos flamencos es un ritmo de habanera, que llega a España desde Cuba en el siglo XVIII, en dos versiones: la versión lenta y romántica, bautizada como habanera, y la versión rápida y animada, llamada tango americano o tango de negros. Este género musical comienza a ser incluido en las zarzuelas dentro de números llamados «Baile de negros» o «Tango de negros». La moda de meter tangos y habaneras en las zarzuelas hizo que estos ritmos pasaran a la música popular, y por ende al flamenco, que los adaptó a su manera.

El Instituto Andaluz del Flamenco define tango como «cante flamenco a compás de 4/4, rítmico y alegre, de probable origen americano». No voy a meterme en camisa de once varas explicando aquí qué es lo que diferencia a los tangos de otros ritmos del flamenco, tema en el que mis conocimientos se aproximan a cero (sí, se puede ser española y no saber de flamenco, son cosas que pasan). Pero para quien esté interesado en el fascinante mundo de los géneros del flamenco, os dejo al final del artículo un par de enlaces a páginas que explican las diferencias entre los distintos palos.

Un tango flamenco clásico suena así:

Estaréis de acuerdo en que ni con la mejor voluntad del mundo se le podría encontrar un parecido con el tango argentino.

Distintos pero con el mismo espíritu

Los dos primos no se parecen ni en el blanco de los ojos, pero su estilo de vida, por así decir, tiene bastantes puntos en común, a pesar de que vivan en lados opuestos del Atlántico:

  • Ambos nacieron de un mestizaje de etnias y culturas: en el caso del flamenco, judíos, gitanos e indios; en el caso del tango, la cultura africana, los indígenas autóctonos y los inmigrantes llegados de todas las partes del mundo.
  • Ambos nacieron de las clases sociales más humildes, incluso en ámbitos míseros y sórdidos. Su comunión cotidiana con el lado más duro de la vida les confiere una gran fuerza expresiva.
  • Ambos son músicas bailables, o para ser más exactos, tanto el tango como el flamenco nacieron como bailes. El posterior desarrollo de la música se produjo para acompañar a estos bailes.
  • Por último, ambos han sido declarados por la UNESCO Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Además, ambos géneros comparten la reputación de ser bailes pasionales y «calientes», tanto es así que ambos representan la imagen del Sur en su forma más cliché. De hecho, hasta existe una cierta confusión entre ambos géneros a los ojos de los no iniciados. Y si no, haced la prueba: lanzad una búsqueda de imágenes en internet con la palabra «tango», ya veréis qué poco tardan en salir imágenes de bailaoras de flamenco.

Un vía de dirección única

La fusión entre el tango y el flamenco es una vía de una sola dirección: el número de cantantes de flamenco que han experimentado con otros géneros es relativamente elevado. Lo contrario, en cambio, no sucede nunca: no conozco un solo cantante procedente de otro universo vocal que se haya lanzado a cantar flamenco. Quizás porque la técnica vocal que requiere este último es tan particular que para dominarla son necesarios muchos años de estudio, o bien haberlo mamado desde la cuna, lo que es el caso de la mayoría de los cantaores… ¡aunque no de todos, como veremos más adelante!

Cuando hablamos de tango cantado al modo flamenco, lo primero que se nos viene a todos a la cabeza es Penélope Cruz cantando Volver en la película homónima de Pedro Almodóvar:

A riesgo de romperos el corazón, os diré que la que canta no es Penélope Cruz, sino la cantaora Estrella Morente quien, aparte de esta canción, no ha hecho otras incursiones en el universo del tango. Pero sí hay otros cantaores que han conseguido hacerse un hueco en el ámbito del tango argentino. De tres de ellos, los que más notoriedad han alcanzado, hablaremos en este artículo.

Diego El Cigala, el gitano

Diego Ramón Jiménez Salazar, El Cigala (Madrid, 1968) es un cantaor de flamenco que ha incursionado repetidas veces en el universo de las músicas latinoamericanas. La primera, en 2003, fue para explorar en clave flamenca el son cubano y el bolero, acompañado por el pianista Bebo Valdés. No les fue del todo mal, considerando que el fruto de esta colaboración, el álbum Lágrimas negras, vendió un millón de ejemplares.

El primer acercamiento de Diego El Cigala al tango argentino fue en 2011 con Cigala & tango, un disco grabado en vivo durante un concierto en el teatro Gran Rex de Buenos Aires, en el que estuvo acompañado por varios grandes de la escena tanguera, como Néstor Marconi (bandoneón) o Juanjo Domínguez (guitarra). Con este disco ganará en 2011 el Grammy Latino al mejor disco de tango.

La siguiente grabación de Sus ojos se cerraron, un clásico de Gardel, se realizó durante dicho concierto en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires, en el que no cabía un alfiler (el Gran Rex es un teatro con capacidad para 3.262 espectadores, y a juzgar por las imágenes, estaban todos). Si tenéis tiempo y ganas, podéis ver el concierto completo en este mismo vídeo:

El Cigala ha seguido explorando la música argentina en Romance de la luna tucumana (2013), un disco en el que, además de tango, canta otros géneros del folklore argentino.

Aquí podéis escucharlo cantando Naranjo en flor en el emblemático programa Encuentro en el estudio. Un clásico de nuestros amigos Virgilio y Homero Expósito, con un particular arreglo mezcla de tango y jazz:

Diego El Cigala, que con su indómita melena y sus dedos recubiertos de anillos de oro macizo encarna a la perfección la imagen del gitano, es el primero que ha sabido popularizar entre el gran público la fusión entre el tango y el flamenco.

Miguel Poveda, el payo

He de confesaros que tengo debilidad por este artista, que en mi opinión es el cantaor que mejor ha sabido captar y transmitir la sensibilidad del tango argentino: Miguel Ángel Poveda León (Barcelona, 1973), más conocido como Miguel Poveda.

Miguel Poveda tenía todas las papeletas para NO ser cantaor de flamenco: no es gitano sino payo, además ¡horror! ni siquiera es andaluz, sino catalán, y en su familia no había músicos ni un interés particular por la música. Para terminar de arreglar las cosas, creció en Badalona, una ciudad que no destaca precisamente por su tradición flamenca. Como no podía compartir su pasión con el flamenco con sus amigos, que lo encontraban rarito en lo que a música se refiere, pasó su adolescencia dentro de su propio mundo, encerrado en su cuarto escuchando la colección de discos de su madre y el flamenco que pasaba por la radio. Pese a este entorno tan poco propicio para el desarrollo de una carrera en el ámbito del flamenco consiguió, gracias a su sensibilidad y talento y a fuerza de perseverancia, construirse como cantaor.

A los 15 años empezó a cantar como aficionado en una peña flamenca de su ciudad, y a los 20, en 1993, se le ocurrió presentarse, así como quién no quiere la cosa, para ver qué tal, al Festival Nacional del Cante de las Minas de La Unión, el más importante de España. El joven payo que nadie conocía causó sensación, arrasando con 4 de los 5 premios del festival, entre ellos el más prestigioso, la Lámpara Minera.

Poveda de jovencito, ganándolo todo en Las Minas

Aunque este premio cambió su carrera, consagrándolo como cantaor profesional, los comienzos no fueron fáciles, y el joven catalán tuvo que luchar lo suyo para que su talento fuera reconocido dentro de los herméticos y conservadores círculos flamencos. Pese a estos comienzos difíciles, su carrera experimentó una ascensión fulgurante, y hoy es reconocido unánimemente como una de las mejores voces del flamenco actual, habiendo recibido importantes galardones, como el Premio Nacional de Música (2007) y el Premio Nacional de Cante (2008).

Poveda ha incursionado en el tango en numerosas ocasiones, la primera con una grabación por bulerías del clásico de Gardel Cuesta abajo, para un espectáculo que fue presentado en el Carnegie Hall de Nueva York en 2005, en el marco del Flamenco Festival USA.

En 2006 monta con el bandoneonista argentino Rodolfo Mederos y su Orquesta Típica un espectáculo de tango que cristaliza en el álbum Diálogos. De Buenos Aires a Granada (2013), un disco de tango grabado en directo a lo largo de dos conciertos, en el Teatro Colón de Buenos Aires y en el Palacio de Carlos V de Granada. La siguiente versión de Trenzas, un clásico de 1945, pertenece a dicho álbum y es, lisa y llanamente, una de las más hermosas interpretaciones que he escuchado nunca de este tango:

El año pasado, en 2019, Miguel Poveda volvió al tango con «El abrazo del tango y el flamenco», un espectáculo estrenado en el Teatro Colón de Buenos Aires, que se presentó luego en el Teatro Real de Madrid, y que reúne sobre el escenario a cuatro cantantes: los cantaores Miguel Poveda y Antonio Carmona, y los cantantes de tango Ariel Ardit y Guillermo Fernández.

De este espectáculo os dejo aquí el momento en el que Poveda canta Sus ojos se cerraron, el clásico de Carlos Gardel, para que podáis comparar con la versión de Diego El Cigala que escuchamos un poco más arriba. Podréis observar cómo dos interpretaciones del mismo tango, ambas en clave de flamenco, pueden producir resultados diametralmente opuestos.

La versión de Poveda es mucho más sobria, y se aproxima mucho más al tango clásico que la de El Cigala, a pesar de conservar la técnica vocal típica de un cantaor. En esta ocasión Poveda está acompañado por el bandoneonista Marcelo Mercadante, entablándose un sutil diálogo entre voz y bandoneón. La grabación bien merece un visionado, tanto por la sincera emoción que transmite la interpretación de Miguel Poveda, como por la impresionante escucha del músico acompañante.

Rocío Márquez, la victoriosa

Nuestra última invitada de hoy, Rocío Márquez, nació en Huelva (1985), y a sus 35 años tiene ya seis discos. El último, Visto en el Jueves, le valió en 2020 el prestigioso premio francés Victoire du Jazz en la categoría de Album de Musiques du Monde, siendo la primera artista española que ha recibido esta distinción. (Para los que se lo estén preguntando, no, el Jueves no es la revista satírica, sino un mercadillo de cosas usadas que tiene lugar en Sevilla todos los jueves, y en el que Rocío Márquez solía comprar vinilos y casetes de jovencita).

Rocío Márquez no ha dedicado un álbum completo al tango argentino como han hecho El Cigala o Miguel Poveda, al menos de momento. Pero en su último disco hay dos notables incursiones en el universo del tango: El último organito, tango de Acho y Homero Manzi, y Trago amargo, tango de 1925 interpretado par Carlos Gardel y retomado por la orquesta de D’Arienzo, del que la cantaora onubense hace una estupenda versión por bulerías:

Hasta aquí este paseo por los mundos cruzados del tango y el flamenco, un paseo que seguramente no ha llegado a su fin, ya que lo más probable es que la fusión entre estos dos géneros nos reserve todavía buenas sorpresas. Al hacer del mestizaje entre tango y flamenco un fenómeno de masas, Diego El Cigala ha abierto una puerta que numerosos artistas cruzarán sin duda en el futuro. Y cuando hablo de «fenómeno de masas» no lo digo con sentido peyorativo sino todo lo contrario. El mestizaje musical tiene el no desdeñable mérito de mezclar públicos. Personas que están habitualmente encerradas dentro de un universo musical determinado dan, gracias a la fusión, un pequeño paso hacia otro universo que hasta entonces les era ajeno. La fusión es un puente entre lo conocido y lo diferente, y si está bien hecha puede conseguir despertar nuestra curiosidad lo suficiente como para que vayamos a ver qué hay en otros lados.

Gracias a la fusión los convencidos del flamenco se habrán enterado de que el tango existe, y de que hasta puede que lo disfruten. Y lo mismo aplica al contrario: los tangueros recalcitrantes habrán dado un pequeño paso en el camino hacia otro universo musical, tan vasto o más aún que el del tango: el mundo infinito del flamenco.

Para profundizar
  1. Estupendo documental sobre Miguel Poveda (acceso de pago, 2,95€): https://vimeo.com/ondemand/13miguelpoveda/139922781
  2. Sobre los palos del flamenco: https://depaloenpalo.wordpress.com/basicos-e-derivati/tangos-2/tangos/ (en italiano, pero muy bien explicado para un primer acercamiento) y también esta página, muy completa : http://www.flamencopolis.com/archives/324
  3. Debate sobre el tango y el flamenco en el programa de RTVE Historia de nuestro cine: https://www.rtve.es/alacarta/videos/historia-de-nuestro-cine/historia-nuestro-cine-coloquio-tango-flamenco/5631863/
  4. Sobre Rocío Márquez: https://www.revistalaflamenca.com/rocio-marquez-historia-flamenco-la-musica-espanola/
  5. https://www.cancioneros.com/co/5677/2/miguel-poveda-y-rodolfo-mederos-dialogos-a-traves-del-tango-por-carles-gracia-escarp

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